Las
Experiencias Fuera del Cuerpo o ensueño (o Viaje Astral etc) son un camino de
auto-conocimiento. Todos tenemos la puerta de este camino abierta de forma
natural, aunque normalmente esta facultad queda dormida hasta el punto de que
la olvidamos y la negamos.
Iremos
en este libro refiriéndonos al ensueño una y otra vez, porque es mi camino y era
una herramienta básica para los egipcios. El ensueño, directa o indirectamente, siempre forma
parte de los Caminos de auto-conocimiento, ya que es una consecuencia de un
cierto estado de energía y concentración. Acumular energía y concentración me
atrevería a decir que es algo que ocurre con todas las prácticas espirituales
verdaderas, y de hecho es imprescindible en todas ellas.
El ensueño (permitidme llamar a estas experiencias por este nombre, que me gusta
especialmente) es una herramienta. Como me ocurrió a mí, muchas
personas lo ven como una meta: “quiero ensoñar, quiero sentirme fuera de mi
cuerpo físico”, y lo entiendo porque ese estado nos puede ayudar a soltar miedos y confirmar creencias liberadoras, que son innatas y pertenecen a
menudo al alma.
Sin
embargo, mucho me temo que ese no es el enfoque más práctico. Mis años sin
frutos lo demuestran, aunque a veces no es este el único motivo por el que no se
logran a la primera estas experiencias. Pero vamos por partes: tomar al ensueño como meta y obsesionarse por ello sin hacer lo que realmente nos va a llevar a conseguirlo, es uno de
los mayores motivos por los que no se ensueña (con recuerdo).
Plantéate,
si es que tú quieres ensoñar, para qué lo quieres. De nuevo te invito a
escribirlo, a hacer una lista de todo lo que deseas hacer en el ensueño. Tómate
tiempo, disfruta, imagina, déjate llevar por la ilusión. ¿Qué cosas harías?
¿Qué te permitiría el ensueño?
Si
eres un buscador, al releer tu lista probablemente haya un nexo entre
la mayoría de los motivos que has escrito: el auto-conocimiento. Algunas posibles metas son: verse a uno mismo, visitarse en el pasado, sentir las
facultades que tenemos sin gravedad ni tiempo, encontrar qué pasos debemos
realizar para superar una situación o un bloqueo, etc. Todas estas metas nos
permiten conocernos mejor.
Hay
una ley en la búsqueda que dice que para lograr algo hay que intentarlo de
todas las formas que estén al alcance, hay que dar lo mejor de uno mismo y
dejar bien claro el Intento que uno tiene. Hay que plantarse ante el Universo y
hacerle saber claramente lo que uno está intentando alcanzar, así nos oiremos a nosotros mismos desde cualquier lugar del
Infinito, y todo nuestro Ser se concentrará en esa meta.
Si
somos consecuentes, si observamos que la mayoría de nuestros objetivos nos
conducen al auto-conocimiento, deberemos admitir que hemos de dirigirnos a esa
meta también con nuestro yo físico. Hemos de buscar el
auto-conocimiento con todos los medios que tenemos a nuestro alcance. Estos
medios son muchos desde la parte física, empezando por estas listas y escritos
que estamos sugiriendo. Si realmente quieres conocerte, empieza por observarte
y haz conscientes tus observaciones anotándolas. Ello te irá haciendo lúcido, y
si te haces lúcido en este plano lo irás siendo también en los otros, por lo
que vas a ensoñar seguro. Más adelante añadiremos tips para ensoñar.
El
maestro Yogananda advierte de que las prácticas de meditación que él recomienda
te llevarán a hacerte lúcido en tus sueños, y en su caso advierte también de
que no te entretengas en estos “efectos secundarios” del Camino, porque pueden
despistar de los verdaderos objetivos.
Coincido
plenamente en que esto puede ocurrir, aunque creo que, si se mantiene la mirada
fija en los objetivos y se mantiene flexibilidad para ir adaptando estas metas a
lo que vamos aprendiendo, el Camino es muy divertido y el ensueño se convierte en
una herramienta de avance muy potente.
Todo lo que te lleve a usar tu cuerpo energético, lo irá activando, y si este cuerpo se acostumbra a la actividad, reclamará atención desde el ensueño también. Este es el motivo por el que la meditación, la visión energética y prácticas como el Reiki suelen activar el ensueño.
Pero
debemos dirigirnos adelante con todo nuestro Ser, incluida la parte física, que
es donde más tiempo pasamos con recuerdo. Por tanto, debemos realizar muchas
prácticas de meditación profunda, de explorar nuestras emociones, nuestras reacciones
etc, y mantener fijas nuestras intenciones, y dejarlas claras hasta el punto de
que no quepa ninguna duda de nuestra intención.
Si inviertes tanta atención en tu vida cotidiana y
tus pensamientos que no queda apenas atención para tu auto-conocimiento y el
silencio que te da sabiduría, entonces lo que estás expresándole al Universo es
“esto me interesa pichí-pichá”. Piensa en ello, o mejor medita en ello. Y
actúa: hazlo saber al Universo, desde el silencio.
Una
vez, estando fuera del cuerpo físico, grité y grité algo que quería lograr. Ya en vigilia
había hecho durante un tiempo todo lo que había sentido que me llevaría a mi
objetivo, y llegada a ese punto, por más que busqué, no encontré qué más podía
hacer, aparte de gritarlo desde mi cuerpo de ensueño. Lo
que buscaba vino a mí y me dijo “se te oye por todo el Universo”.
Cuando el ser con el que intentaba contactar vino y me dijo
esto, pude ver dentro de mí que esto era cierto, y supe que solo así podía uno
dirigirse en realidad hacia algo si realmente lo deseaba. Supe que si no
alcanzo algo es porque aún puedo ir hacia ello de más formas, y hay que agotar
las posibilidades. Así de serio es el mundo de la energía: requiere que se te
escuche por todo el Universo. Y esto nada tiene que ver con hablar, sino con
las acciones y las intenciones.