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BLOG CRISTINA BASSOLS

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domingo, 26 de abril de 2020

6. EL TRABAJO CON LOS SUEÑOS



El trabajo con el ensueño es en gran parte un trabajo de inmersión en nuestro inconsciente. Como dijo Carl Jung “quien mira hacia adentro, despierta”. El inconsciente y el subconsciente influyen mucho en la pesonalidad, recubriéndola de capas a base de educación y creencias que vamos adquiriendo.
Estas capas, estos rasgos, condicionan literalmente nuestra percepción, es decir, lo que vemos, oímos, sentimos y recordamos de cada situación, así como lo que decidimos pasar por alto. Toda esta información la almacenamos. Parte de la información la tenemos fácilmente disponible porque queda en el Yo consciente, pero otra gran parte se almacena en estas zonas menos accesibles.
Así, nuestra percepción se condiciona por aspectos que no vemos fácilmente. Por ejemplo, una creencia de que uno no es bueno para estudiar, que se forjó a causa de algún comentario que nos afectó en la infancia, puede quedar en el inconsciente y causar que durante el resto de nuestra vida creamos que eso es cierto y por tanto actuemos en consecuencia y dificultemos o evitemos nuestros estudios.
Por eso nunca se está insistiendo demasiado en la necesidad del auto-conocimiento.

Prácticas chamánicas como la recapitulación tolteca y prácticas orientales como el Kriya Yoga tienen por objeto limpiar estas creencias y recuperar la energía que "perdimos" al adquirirlas. Funcionan de modo que nos van permitiendo verlas y también ver que no son ciertas, y así su efecto se diluye.


A menudo estas creencias son precisamente contrarias a lo que ocurre en realidad. Por ejemplo, una persona cuya alma venga al mundo preparada para estudiar algo con éxito, será sensible a la información al respecto de este tema, y al ser sensible, le pueden afectar estas vivencias (opiniones, intentos sin éxito,...) que parecen apartarla de esta cualidad, y así la bloquea. Sin embargo esa es precisamente una de sus mayores potencialidades. 
Del mismo modo, todos nacemos con la capacidad de percibir energía, pero nos educan para no hacer caso de esa información. Nuestra atención se va centrando cada vez más en lo físico, hasta que bloqueamos la habilidad de percibir esa energía, así como de salir del cuerpo. Pero sí somos capaces de hacerlo.

Cuando uno quiere ensoñar (y quiero recordar que aunque ensoñar no sea una meta quizás para ti, el camino de la plenitud tiene las mismas características) a veces no ve sentido o cree innecesario realizar el trabajo con las listas y las limpiezas emocionales, o las sugerencias que invitan a probar cambios de actitud deliberados.
A menudo se esperan instrucciones para llevar a cabo antes de dormir, o trucos infalibles para hacerse lúcido en los sueños. Pero no funciona así. Estas técnicas son muy secundarias, y la verdadera clave es la inmersión en uno mismo y desafiar lo que creemos que somos. Esa es la técnica. Eso es lo que nos libera y nos devuelve el ensueño.
Si nos sentimos tan identificados con nuestra personalidad de vigilia y con nuestra vida aparente...entonces ¿cómo esperamos sentirnos identificados de repente con nuestro doble de ensueño? Hacerse lúcido es darse cuenta de que tú eres ese ser que está viviendo esa situación, y eso pasa por dar cabida a que puedes ser más, además de tu yo físico. Lucidez es darse cuenta.

En los sueños no-lúcidos nos sentimos identificados con el personaje del sueño desde nuestro inconsciente, mientras el Yo consciente duerme. Al despertar podemos pensar “¿cómo no me he dado cuenta de que lo que ocurría en el sueño no era posible?”. No te has dado cuenta porque la información inconsciente que estaba frente a ti la mantienes inconsciente. En cuanto le empiezas a prestar atención a esa información, empiezas a hacerte lúcido.

El trabajo con el ensueño es a través de un plazo de tiempo largo, y de hecho se propone realizarlo hasta nuestro último aliento y aún después de este. Los frutos del trabajo empiezan a recogerse antes o después, y como dije es un trabajo muy agradecido, ya que con un poco de esfuerzo, los resultados son muy gratificantes. Y cada vez lo serán más. Hay subidas y bajadas, pero los esfuerzos nunca caen en saco roto: siempre se acaba recogiendo el fruto. Sirva mi experiencia de haber pasado 15 años buscando el ensueño sin apenas resultados en el sentido de que no ensoñaba, pero ahora mirando hacia atrás (y en aquella época no sabía la importancia del trabajo con el inconsciente, por lo que no le presté atención), veo que tuve muchas señales y que mis pasos fueron guiándome hacia mi meta y aún hacia metas mayores relacionadas con ese anhelo. Esa guía, esas intuiciones y señales, esos desvíos de la vida, cuando uno tiene la voluntad puesta firmemente en algo, también son ensueño. No corresponden a la realidad física, sino que son resultado de fuerzas sutiles. Hay que darles la importancia que tienen, y observarlas nos ayuda a ir hacia delante en línea recta en vez de a trompicones (y así sacar más partido a los años en este sentido). Cuando le das importancia a la observación de la información penetras en tu inconsciente y te haces más sensible a toda la información.

Así pues, empezamos a comentar cositas del trabajo con los sueños y os animo a practicar.

Lleva un diario de sueños: prácticamente indispensable. Toma una libreta y un bolígrafo que escriba bien y déjalos al lado de la cama o bajo la almohada. Recomiendo también una linterna, preferiblemente un frontal. En resumen, facilítate mucho poder escribir los sueños en cuanto despiertes, con el mínimo esfuerzo y el mínimo movimiento.
Los sueños habría que escribirlos en el momento de despertar, y no confiarse de que “pasado un rato aún los recuerdo”, porque aunque sea así, parte de la información se habrá ido. Esto tiene una explicación energética y una física. La física es que la información de los sueños se guarda en el hemisferio cerebral derecho, mientras que en vigilia generalmente usamos el izquierdo, así que al pasar de sueño a vigilia, toda o parte de esa información se pierde a causa del cuerpo calloso que separa ambos hemisferios. Cuando empezamos a pensar en vigilia, esa información se va. Por eso hay que escribir los sueños en el momento de despertar.


Escribirlos a mano facilita la descarga de información desde el hemisferio derecho. Escribirlos en el móvil requiere más uso del izquierdo y no es tan recomendado. Usar una grabadora también es una opción, pero tienden a obviarse detalles que es más difícil que se pasen por alto al escribir.
Si quieres, comenta cualquier pregunta o duda con la que te encuentres.

A ser posible, comenta tus sueños de la noche con tu familia o amigos al despertar, e invítales a que hagan lo mismo. Esta práctica es muy sana y positiva. 

Entre los beneficios de escribir todos nuestros sueños tenemos la habituación a hacerse consciente información inconsciente, conocer en qué andan nuestro inconsciente y subconsciente, fomentar la lucidez, conocer partes de nosotros que no están disponibles normalmente, liberar bloqueos, etc.

Comprueba realidad: la forma más fiable es con un segundero digital**. Dentro de los sueños y ensueños, los segundos de un reloj digital no funcionan de forma correlativa, e incluso puedes ver el reloj desaparecer entre otros efectos extraños que te indicarán que no estás despierto. Pero para mirar el segundero dentro de un sueño primero deberás adiestrarte a fijarte en él estando despierto y conectar esa comprobación con la conciencia de averiguar si estás o no despierto.
Recomiendo este procedimiento:
· Realizalo varias, muchas, muchísimas veces al día.
· Mira tu segundero o cronómetro prestando atención a si los segundos funcionan bien, durante 3 segundos.
· Mira a tu alrededor con atención y observa cómo te sientes, además busca indicios que pudieran indicar que estás soñando (por ejemplo algún elemento raro). Pregúntate siempre de forma real y genuina "¿estoy soñando?"
· Vuelve a comprobar el segundero otros 3 segundos.
· Si ni los segundos ni nada alrededor indican que estés en un sueño, continúa con tu vigilia, pero siempre vigilante, pues también en los sueños creemos estar despiertos.
· Si el segundero falla en algún momento, mira bien a tu alrededor y prueba a dar un par de pasos y observar con mucha atención para percibir posible información útil que pueda haber a tu alcance.
· No recomiendo volar, atravesar paredes ni realizar maniobras complejas o que incluyan a otras entidades a no ser que se tenga cierto manejo de las experiencias fuera del cuerpo o se cuente con alguien experimentado que pueda dar su consejo, ya que estando fuera del cuerpo también podemos caer en engaños de todo tipo, empezando por engaños perceptivos. Para adquirir ese manejo inicial es útil, una vez seamos lúcidos, marcharnos a algún lugar donde estemos solos y practicar ahí.
Un sueño lúcido no es lo mismo que una experiencia fuera del cuerpo, pero algunos sueños lúcidos son experiencias fuera del cuerpo. Para pasar de un sueño lúcido a una efc hay que darse la orden de emplear el cuerpo de ensueño, pero en el marco de este blog en este momento no puedo explicar todo lo que es necesario tener en cuenta para ello. Así que personalmente me limito a recomendar mucha prudencia y practicar en privado una vez seamos lúcidos. La misma práctica nos irá enseñando a distinguir sueño y ensueño.

Cambia de hábitos: ello potenciará el uso de tu hemisferio derecho en el día a día y así la comunicación entre ambos hemisferios será parte de tu vida cotidiana y la transferencia de información entre consciente e inconsciente irá aumentando. Todo cambio de hábitos ayuda, pero cuanto más chocantes te resulten, mejor. En esto se basan los no-haceres toltecas
Cambios de hábitos sencillos y eficaces son cambiar el estilo de vestir, cambiar el peinado, comer con la mano no dominante, comer con los ojos cerrados,...Si realizando alguna de estas acciones te sientes incómodo por dentro, si te requieren un esfuerzo de atención, enhorabuena porque entonces estás haciendo cambios substanciales. Ojo, digo “incómodo”, pero nunca debemos sentirnos mal.

Estos dos hábitos y el cambio de hábitos son prácticas que conviene realizar a diario y cuanto más mejor. Son muy beneficiosas de cara a ensoñar y para conocerse a un@ mism@ y, por tanto, evolucionar. 


**La comprobación con segundero (y buena parte de lo que sé sobre el ensueño) la aprendí de Pau Hernández, instructor de viajes astrales que me ayudó a empezar a ensoñar con regularidad. Tenemos la suerte de que Pau está activo como instructor y quiero desde aquí recomendar sus cursos y enseñanzas, pues su conocimiento es muy amplio y su dedicación prácticamente absoluta.