La información que a continuación presentaré procede de los libros de Carlos Castaneda y de mi propio aprendizaje y experimentación de la mano de mis profesores y por mí misma.
Hay un concepto muy importante a la hora de ponerse a trabajar con el ensueño y, de hecho, a la hora de vivir. Este concepto lleva por nombre Intento en la tradición tolteca. Describirlo es un trabajo complejo y entender sus descripciones requiere cierta apertura de mente, así que allá vamos tú y yo a Intentar la comunicación:
El Intento es una fuerza que cohesiona todo. Si conoces a Platón, piensa en su teoría de las Ideas y te acercarás. ¿Qué hace que una silla sea una silla? Tenemos sillas de madera, de metal etc., sillas grandes y diminutas, sillas puestas de pie y sillas tumbadas en el suelo e incluso sillas colgadas en paredes. Sillas de lujo y sillas rotas, sillas en las que podemos sentarnos y sillas dibujadas en lienzos ¿En qué momento deja una silla de ser una silla? Si tenemos una pata de silla, entonces ya no tenemos una silla, sin embargo si tenemos una silla a la que le faltan dos patas podemos decir que es una silla rota.
Se podría decir que todas las variantes de "silla" poseen el Intento de "silla". Su Intento les permite ser "sillas", les da las suficientes características para serlo.
Todo esto parte de la idea de que los objetos del mundo, los objetos que percibimos, no existen tal cual realmente, sino que todo es energía. Energía que se organiza de un modo u otro y que, a través de nuestros canales de percepción nosotros captamos e identificamos. Nosotros, los maestros del etiquetaje del mundo, ayudamos a que los Intentos cohesionen, pues al percibir esa energía le damos una forma que nos permite darle cabida en nuestro sistema racional.
El Intento es una fuerza que actúa sobre la energía dándole una configuración concreta que nos permite percibirla de un modo u otro y así etiquetarla. Se podría decir que la energía se reúne en Intentos o Ideas y nosotros podemos percibirlos. Cuanto más sutil sea nuestra percepción, más percibiremos el conjunto de energía y veremos que los objetos no son más que nuestra forma de interpretar ciertas configuraciones.
Todo esto también parte del hecho de que existen otros mundos aparte del mundo físico. Mundos que no son tan densos, mundos de energía donde las cosas no están tan claras, sino que en función de la percepción pueden variar. Como este cuadro en que puedes ver un conejo o un pato, dependiendo de dónde pongas tu atención. Algo así, para entendernos.
El Intento permite funcionar a las visualizaciones creativas. ¿Conoces eso de "visualiza lo que quieres y se cumplirá?" Al visualizar de una manera concreta estás moviendo energía, dándole una forma. Según más visualices lo mismo, o con más fuerza, esa energía a la que estás dando forma adquirirá más y más realidad hasta que, de algún modo, termine convirtiéndose en algo físico que se te acabará presentando. Repito que para ello hay que visualizar "de una manera concreta", pues esto no funciona de cualquier forma y no es un ejercicio recomendado si acostumbran a tenerse pensamientos negativos o auto-sabotajes, e incluso si no es así, dado que no controlamos cómo las cosas nos llegan y a veces el modo en que algo nos llega no nos vale la pena a pesar del "premio".
Bien, ahora viene lo bueno. No sólo los objetos físicos tienen un Intento, sino que todo lo tiene. Por ejemplo, la disciplina tiene un Intento, la bondad también, la felicidad tiene su Intento y así todo concepto, incluido el ensueño.
Ahora viene lo mejor: podemos vincularnos con los Intentos. Vincularse con un Intento significa dirigir cierta cantidad de atención hacia aquello con lo que nos estamos queriendo vincular. Ahora veremos cómo, pero antes explicaré lo valioso de esto que estamos diciendo.
Al vincularte con un Intento, al dirigir atención y por lo tanto energía a ese Intento, te unes a ello. Y si el Intento reúne cierta cantidad de energía, aquello a lo que te has vinculado se irá presentando en tu vida en mayor o menor grado según la cantidad de energía que le destines y le hayas destinado. Esto ocurre hasta el punto que puedes sentir eso que te une con aquello a lo que te has vinculado, y sientes cuándo el vínculo se fortalece y cuándo mengua, y ese vínculo adquiere una especie de vida propia que te dirige hacia él.
Imagínate que cada día caminas 5 kilómetros por un desierto, de una población a otra, atravesando la arena. A veces llegas a tu destino y otras no porque te pierdes y tienes que regresar al punto de partida. Y cada día, al pasar, colocas una baldosa y así, con los días, meses y años trazas un camino. Un camino cómodo por el que circular hacia tu destino sin perderte y a mayor velocidad, ya que una vez puestas las baldosas podrás moverte en bici. Ese camino sería el Intento que te une con aquello a lo que te has vinculado. Cada vez que pones una baldosa estás empleando tu energía, construyendo tu Intento. Una vez este se ha forjado, lleva tiempo que se destruya, aunque si lo quieres mantener, lo mejor será que siempre lo actualices, mantengas y mejores.
Si nos vinculamos al Intento de la felicidad, entonces dirigiremos nuestra atención y energía a lo que este concepto engloba. Por lo tanto empezaremos a procurar ser más felices, hacer aquello que nos hace felices y dejar de hacer lo que no. Debe convertirse en una idea que se sostenga en nosotros de forma prácticamente constante, así es como alimentamos ese Intento con energía: mediante nuestra atención.
Poco a poco iremos viéndonos a nosotros mismos tomar decisiones y realizar acciones que nos hacen felices, a veces y cada vez más a menudo sin siquiera darnos cuenta de que estas decisiones nos dirigen a la felicidad, ya que se generará en nosotros una inercia. Esta inercia ya es fruto del Intento. Esta inercia es una fuerza. Esta fuerza empezará a hacernos ver el mundo cada vez más como un lugar feliz incluso a pesar de las circunstancias y a buscar activamente el estado de felicidad sin caer en el abandono a las demás fuerzas que pueda haber implicadas.
Si tú no forjas tu Intento te conviertes en "víctima" de los Intentos externos, por ejemplo los deseos ajenos. No actúas activamente sino de forma pasiva.
Otro ejemplo:
Si nos vinculamos al Intento del ensueño empezaremos a buscar el ensueño en cada acto que realicemos. Por ejemplo, chequeando realidad, realizando prácticas, activando nuestro cuerpo energético etc. Todas estas acciones tienen de por sí un efecto, pero a este hay que sumar el Intento que estamos forjando de ser ensoñadores/as. Con la suficiente atención, con la suficiente voluntad, esta fuerza va a actuar sumándose a todos los efectos puntuales de lo que realizamos. El Intento se nutre en gran parte del contenido mental, ya que este lleva mucha fuerza, mucha energía. Así que es esencial que nuestros pensamientos vayan acordes a nuestro Intento, evitando auto-sabotearnos pensando cosas como "soy un desgraciado" si estamos Intentando la felicidad, o "nunca lo voy a lograr" si estamos Intentando el ensueño. Permite al Intento actuar. Permite que la magia tenga lugar. De hecho no sería magia, sino el Intento.
Cuando Intentamos algo, la atención que dirigimos hacia ello nos empieza a permitir detectar situaciones en que eso está presente de alguna manera. Por ejemplo, si Intentamos la disciplina y vemos una película de alguien muy disciplinado, nos daremos cuenta de ello y cada vez más veremos que nuestro mundo nos muestra caminos hacia aquello que Intentamos.
La atención y actos que dedicamos a ver estos caminos que nos llevan a nuestro objetivo componen el acecho. Imagina que quieres cazar un conejo. Primero buscarás lugares donde sea más posible encontrar uno: mejor en el campo que en el asfalto, por ejemplo. Luego buscarás muestras de dónde hay conejos: heces, madrigueras, pelo. Cuando encuentres una madriguera callarás, esperando preparado a que caiga la noche y los conejos salgan a dar una vuelta. Y en cuanto un conejo salga podrás avalanzarte sobre él para cazarlo. Has acechado al conejo y lo has cazado. Eso es lo que hay que hacer con todo aquello que desees Intentar.
Más buenas noticias: al Intento se le puede llamar. Llama al Intento del ensueño. "Intento! Aquí estoy, estoy lista para ensoñar cada vez que lo decida! Ven!". Con la voz emitimos grandes cantidades de energía que dan forma al mundo.
Si tu Intento es fuerte te encontrarás inmers@ en situaciones que procurarán desbloquear tu camino hacia lo que estás Intentando. Por ejemplo, si tu Intento es realizar viajes astrales de forma habitual y el motivo de que no los estés realizando es el miedo, entonces lo más probable es que te encuentres con situaciones que te muestren ese miedo y te permitan irlo limpiando, liberándote de él. Por eso a este camino se le llama el Camino del Guerrero, porque no es gratuito el recorrerlo, sino que los cambios pasan por superar las propias limitaciones. ¿El premio total? La libertad, dejar de ser esclavos de nuestras debilidades adquiridas y poder decidir sobre toda nuestra vida.
Si quieres que te ayude a acechar tus Intentos, contáctame via whatsapp (+34 657840309) o email (cristinabassolshermoso@gmail.com). Verás que forjar tu Intento es más divertido y efectivo de lo que quizás habías pensado.
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