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BLOG CRISTINA BASSOLS

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lunes, 6 de abril de 2020

2. SOBRE LAS OTRAS COSAS DE LA VIDA


Por naturaleza, cada persona tiene unas características y unas tendencias, y también unos temas que le son afines, y unas especialidades de investigación. Puedes conocer las tuyas escuchándote hablar. Encuentra tu especialidad fijándote en lo que te llama la atención cuando la gente habla. ¿Sobre qué puntos te gusta preguntarles para que profundicen? ¿Hacia dónde te resulta difícil no intentar dirigir las conversaciones?
Hay algunas técnicas que te ayudarán a encontrar esa respuesta, a lo que llamo “tu especialidad”. Un buen ejemplo es la Numerología en base 22. Esta herramienta, realizada en profundidad por alguien experto, nos aporta un índice enciclopédico de nosotros mismos, incluida nuestra especialidad.
Este tipo de herramientas no serían necesarias si nos conociéramos a nosotros mismos. Pero para lograr el auto-conocimiento se necesita ser cristalino con uno mismo y los demás, y eso pasa por no estar influenciado por nada externo, es decir ni educación, ni creencias instauradas desde fuera, ni traumas etc. Es difícil con nuestra vida en sociedad.

Se nos enseña a ser parte de un grupo social y también de otros grupos dentro de este grupo mayor. Por instinto de supervivencia, nos vamos amoldando para encajar y tener éxito en cada uno de estos grupos. Y apenas nos damos cuenta durante el proceso, de que vamos perdiendo de vista nuestra esencia, nuestras verdaderas tendencias y querencias.
En la otra cara de la moneda, nuestro grupo social nos permite practicar y llegar a la maestría de nuestras esencias y deberes vitales existenciales, además de desarrollar todo nuestro sistema emocional.
Si en la sociedad se impulsaran las tendencias personales de cada individuo sin intentar cambiarlas para que sea más aceptado o triunfador, nos convertiríamos en adultos que trabajan a través de los dones de su espíritu para el bien de todos.
Pero no os enfadéis ahora ni culpéis a vuestros educadores, pues ni siquiera entre los padres que ya están despiertos en el Espíritu es esto tarea sencilla o apenas siquiera viable. Un niño que no es educado al menos en parte para adaptarse a la sociedad en que vive está prácticamente condenado a la soledad, y eso también creará en él máscaras y traumas.
Un individuo no debe sentirse nunca más ni menos que otros, ni debe verse distinto a los demás, pues todos en realidad venimos a lo mismo y todos tenemos unas trabas u otras. Solo los detalles nos diferencian.
Ni eduques a otro ni a ti mismo a sentirte distinto de los demás, pues eso te limitará en el desarrollo de tus dones. En realidad, todos debemos dar el salto evolutivo. Los que llegan antes saben que han de ayudar a los demás, pues tan solo todos juntos podemos "salvarnos", y solo a través del servicio y la ayuda puede uno dar ciertos pasos que son necesarios en el Camino de la salvación o el auto-conocimiento, que es lo mismo.

Así pues, nos referiremos a dos tipos de actividad, un tipo es el mayor, el más verdadero, aquel para el cual la vida se crea, y es el aprendizaje espiritual. Este aprendizaje incluye muchas vivencias que no siempre parecen espirituales, pero sí lo son o lo pueden ser. Porque a excepción de los ejercicios exclusivamente meditativos, todos los demás aprendizajes necesarios son a través de la propia vida cotidiana.
Y este es el otro tipo de actividad: la vida cotidiana. El trabajo, los estudios, los juegos, la comunicación, y el larguísimo etcétera que incluye todas las actividades. Todas estas actividades pueden cumplir dos propósitos: o bien ser una oportunidad, una herramienta para la actividad mayor, o ser un pasatiempo inconsciente que nos haga ir pasando la vida de actividad en actividad en la escala no-lúcida.


Si deseas avanzar espiritualmente, mantente lúcido en todo momento. Es decir, observa, observa todo lo que haces, cómo lo haces, y las consecuencias que tiene. Observa tus pensamientos, tus reacciones emocionales, lo que provocas en los demás. Observa también a los demás, qué hacen, cuándo, cómo se afectan entre sí y cómo te afectan a ti. Observa los patrones, ya que los hay todo el tiempo. Pero no juzgues. 
La experiencia te hará ir comprendiendo los significados siempre que no te aferres a cada comprensión o atisbo de comprensión que tengas. Aferrarte a una comprensión momentánea estanca el momento de comprender, y limita la información que estabas recibiendo. No tomes por segura ninguna cosa que no puedas demostrar con el método científico, según el cual podrías duplicar una causa-efecto. Cuando seas maestro, podrás comprender los detalles y duplicar situaciones. Pero los primeros centenares de certezas que tengas, los primeros vislumbres de sabiduría, es mejor dejarlos fluir, anotarlos, observarlos como observas todo. No olvidarlos, pero no permitir que te condicionen, pues eso limitaría tu aprendizaje.

Te invito a ir escribiendo en una libreta los vislumbres de certeza que tengas. Por ejemplo "hoy he sentido que me enfado cuando critican mi forma de organizarme, porque eso me hace sentir inseguro", o "la forma en que Juan me habla me recuerda a cómo lo hacía mi madre y eso me hace sentir bien", o "cuando libero mi mente de pensamientos, me siento unido a algo que no sé describir", o “siento que busco relaciones con personas fuertes porque tengo miedo a estar solo”. Sin juicios, obsérvate.


 * Me he permitido emplear una imagen subida a Facebook por Método ACCES®, podéis tener información sobre este método de Activación Consciente del Cuerpo Energético y Sutil en www.metodoacces.com

INTRODUCCIÓN


Y aquí comienzo a escribir.
Aún no sé para nada de qué exactamente va a tratar esto, ni la salida que le voy a dar, pero sé que he de empezar.
Ayer hablando con Christian le dije sin pensar (me vino) que mis manchas blancas son a causa de que creo que no gusto a los demás. Y que sin duda eso es un reflejo de que a mí no me gustan los demás (en general). Que eso es porque estoy frustrada por no encontrar personas con las que me entienda bien, que estén en la misma onda. Y que sé que eso terminará cuando haya escrito lo que tengo que escribir.
Así que aquí empiezo.

Lo ideal sería hablar sobre Egipto y poder dar detalles sobre las experiencias fuera del cuerpo, en esa y otras culturas. Pero no me siento preparada. Quizás sea uno de esos casos en que una nunca cree estar preparada y sin embargo el momento de actuar ya está presente.

Conozco de primera mano el tema de las experiencias fuera del cuerpo. Me interesé por ello al escuchar a David Bowie, allá en mi adolescencia, y luego a los 17 años murió un querido amigo y ante mi desolación, mi hermana me regaló un libro llamado “La Muerte Lúcida”, de Paloma Cabadas. En el libro habla de estas experiencias. Y dentro de mí los objetivos surgieron claramente: tenía que lograr EN VIDA descubrir qué es la muerte, y también qué es la vida. Tenía que lograr esas experiencias.
No me costó nada creer que eran posibles. Algo dentro de mí simplemente supo que eso era totalmente cierto y que el tema era conseguirlo. A día de hoy, tras tantos años con el tema y otros relacionados, lo que más me sorprende de los demás es que no creen. No creen en las experiencias fuera del cuerpo, a veces no creen en Dios, o en el alma, en los chakras, en lo que se puede llamar “todas esas cosas”. Claro, estoy generalizando, pero así, en general, esto es así. No creen, o creen no creer, que es casi lo mismo a efectos prácticos.
Al dedicarme con un instructor a prácticas energéticas y he tenido éxito en estas y avances importantes, alguna vez le pregunté por qué yo parecía tener más avances que otros compañeros a mi parecer más…elevados o espirituales. Y su respuesta fue que yo creía totalmente en el efecto de las prácticas que llevábamos a cabo. “Por supuesto que creo, si es obvio que funcionan”. Y me dijo “pues por eso te funcionan”.
Y así es, veo que lo que causa que no se crea en los efectos de la meditación o en la posibilidad de experimentar realidades alternativas o incluso cosas de esta realidad desde un cuerpo distinto al físico, es que cuando se da la oportunidad de oro a estas prácticas, se hace a menudo sin fe. Y por tanto no se experimentan los efectos. Viene a ser como hacer flexiones al estilo del cole, cuando bajábamos y subíamos el pompis en vez de doblar los brazos. No sabíamos para qué, no creíamos en los efectos del ejercicio, y lo hacíamos pim pam.

El camino que escojas no importa tanto como que lo sigas. Los caminos de la Verdad llevan todos al mismo lugar necesariamente. Si no fuera así, habría más de una Verdad, y ese no es el caso. Hay infinitas realidades pero una Verdad tras todas ellas.
Podemos imaginar los diferentes Caminos como si fueran distintos estudios o caminos de vida que llevan a diferentes profesiones. Al final, todas las profesiones llevan al resultado de ganar dinero, pero con unas ganas más que con otras, con algunas es más fácil que con otras, y también algunas requieren más años de estudios que otras. Así pasa también con la comprensión del Todo. Hay muchas vías, con mayores y menores resultados, que dan más o menos rodeos, etc, pero todas las que hayan nacido de la verdadera experimentación llevarán, bien auto-dirigidas, con voluntad, confianza y esfuerzo, a recoger los frutos espirituales. Estos frutos varían en el recorrido pero son los mismos llegados a cierto punto, porque solo uno es el Camino en realidad. Ese Camino es el auto-conocimiento.

Hace diez años había tomado varias de estas sendas a la vez, durante algunos años, y empecé a darme cuenta de esto. Me veía a mí misma como ecléctica espiritual. En una época en que ya internet y el acceso a miles de libros de muchas épocas está al alcance de la mano en segundos, es fácil dejarse seducir por el amor a la búsqueda. En mi opinión ese también es un buen camino, siempre que esté acompañado de las prácticas.
Algunos caminos, como el de Self-Realization Fellowship de Yogananda proponen no seguir en ningún caso más que ese camino. Creo que si alguien sigue el camino de Self-Realization Fellowship y solo ese, esa persona tiene asegurados los mayores frutos espirituales. Lo mismo debe ocurrir con otros caminos, aunque hable de este en especial. Sin embargo, el maestro Yogananda, que es quien redactó las lecciones de esta hermandad, no está ya entre los vivos para que podamos consultarle las dudas que nos surgen en el camino, o para corregirnos si no realizamos una práctica correctamente. A mí me ha resultado muy útil apoyarme en otros caminos para poder avanzar en las prácticas que propone Self-Realization Fellowship, porque quizás una práctica similar pero no exacta te hará ver un punto concreto que a ti en particular te quedaba oculto.
Realizar una práctica nacida de la verdadera sabiduría, pero realizarla erróneamente porque no se ha comprendido la explicación, o porque esta no estaba bien dada, puede llevar a años de práctica sin frutos. A veces echar un ojo a otras explicaciones aclara los puntos en que esto podría ocurrir, y nos ahorra esos años frustrantes.

Sin embargo este método que propongo tiene asociados varios peligros. Uno de los mayores, porque dejará pasar el tiempo sin frutos, es dejar un camino y tomar otro, y hacer esto una y otra vez, quedando así por mucho tiempo o por siempre estancados en prácticas de primerísimo nivel, que apenas son un tornillo en el cerrojo de la puerta del verdadero conocimiento.
Otro peligro es que tanta información nos haga sentir perdidos y que así nuestra energía de búsqueda se mantenga en niveles muy bajos, dando prioridad a otros asuntos de la vida.

Sirva de conclusión decir que el Camino es uno solo, porque es TU camino, y ese es solo uno. Que las prácticas que compongan tu camino pueden pertenecer a diferentes ramas de la historia y el saber. Que recomiendo mantener una rama fija y apoyarse cuando sea necesario en otras ramas que traten el mismo tema. Que esa rama fija sea la que indique el propio corazón, que es el que sabe y el que tiene el mapa.